Levantar el cierre de las exportaciones de carne es impulsar el desarrollo del campo
11/06/2021
Senadora nacional – Bloque Mediar
Ante la posible continuidad del cierre de exportaciones de carne más allá de cumplirse los 30 días anunciados inicialmente por el gobierno nacional, está más que claro que el oficialismo muestra una falta de voluntad para acordar con los sectores productivos e insiste en políticas que ya mostraron pésimos resultados.
Luego de una semana negra para la política internacional argentina, que culminó con el papelón del Presidente en la presentación que realizó con Pedro Sánchez, pero que previamente tuvo el capítulo de la postura tomada con respecto a Israel, el retiro de la denuncia a Venezuela por la violación de Derechos Humanos, el papel de Grabois en Colombia, la suspensión de exportaciones de carne al resto del mundo deja muy mal parado al país.
Faltar a la palabra se ha vuelto una constante de este gobierno, por eso queremos saber cuál es la posición de la Argentina: si como se dice en algunos foros internacionales, nos vamos a poner del lado de los narco-estados y de los países que apoyan sistemas totalitarios, o vamos a seguir del lado de los países que abrazan los sistemas democráticos e implementan políticas que impulsan el crecimiento y la prosperidad económica del país.
La Argentina ha sido una exportadora de carne bovina histórica, producto que nos distingue en el mundo entero y que hoy representa uno de los motores para salir de la crisis.
En ese sentido, es importante señalar que el gobierno tiene la visión equivocada de que, porque no se venda carne al exterior, las carnicerías se van a llenar cuando en realidad, hace más de dos años, la ciudadanía cambió su modo de alimentación porque su poder adquisitivo no alcanza para poner carne en el plato de cada día.
El verdadero problema es la inflación y la menor cantidad de dinero en el bolsillo de los argentinos, sobre todo si se sigue insistiendo en medidas restrictivas extremas que imposibilitan el trabajo de la gente. Medidas como la suspensión de la exportación de carne solo logran aumentar la desconfianza de los mercados internacionales, generar pérdida de ingresos para el país y afecta a un sector que hoy genera más de 400 mil empleos.
La única salida a esta devastadora crisis económica, profundizada por la pandemia, es a través de la producción de nuestra agroindustria, y especialmente de las economías regionales, que garantizan una redistribución más equitativa y federal.
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